La segunda oportunidad / antonio regalado

    Lo comentó José  Blanco en un hotel cinco estrellas: “lo de Acebes ha sido el hallazgo más grande de su carrera”. Yo estaba en Génova, 13, cuando el secretario general de los populares sentenció. “Lamentablemente, Zapatero tiene un plan; el mismo de ETA”. La imagen-fuerza recorrió la geografía española como un ‘tsunami’. El PSOE acusó el golpe en el hígado. Una venganza bien fría en la antesala del verano por el desprecio que ZP había inferido a Mariano Rajoy en el Debate de la Nación. Ni le contestó ni le agradeció su plácet a que iniciase conversaciones con los etarras para el abandono de las armas. Al día siguiente, traicionó su palabra  y se explayó sobre ‘la pacificación’ con los nacionalistas vascos. Craso error. Soberbia política.    La ruptura entre Gobierno y el único partido de la oposición estaba cantada. Rajoy se sintió humillado. Las franciscanas palabras de Rubalcaba no bastaron para evitar lo que más satisface a los terroristas: la división de los demócratas.    En las propuestas de resolución, el líder popular saltó al hemiciclo y realizó uno de los discursos más brillantes que se recuerdan en democracia. Acusó de mentiroso a Zapatero, de estar por encima de la ley, de pagar un precio político  y de olvidar a las victimas; en suma, de haber puesto en tregua al Estado de Derecho.    Ante la gravedad de las acusaciones, el presidente se vio obligado a saltar al ruedo a decir eso que siempre dice y que nunca practica con el PP: diálogo, consenso, relaciones, encuentro… Pero… va a ser que no. No se fían de él.    Recordemos la secuencia de la crisis: Batasuna se queja de que el proceso no avanza. “La situación es grave”, plañen al unísono Otegui y Permach. Moncloa pide tiempo. Negativo. Llamada a Rajoy para no ‘politizar’ el asunto en sede parlamentaria. Don Mariano cumple. Presiones de la Fiscalía al juez Marlaska. Libertad para los encausados por la presentación de los “negociadores batasunos”. “La Audiencia Nacional ya no cuenta”, se jacta Landa; la legalización de Batasuna, irreversible. Patxi López anuncia -y ZP respalda- que se reunirá con Otegui “para mirarle a los ojos”. De cachondeo. El registrador rompe la baraja. Adelanta que estará en la calle apoyando a la ATV. Los medios afines al Gobierno exigen al PP que se anule la convocatoria para no ‘deslegitimar’ a ZP.  Insólito.     Como en aquel  programa de TVE sobre seguridad vial que dirigía Paco Costas, Rajoy ha tenido la oportunidad de enmendar su “pájara” del primer día del Debate  y Zapatero la segunda oportunidad de rectificar su política antiterrorista. Los diez millones de votos que representa el PP y los miles de ciudadanos que se concentraron en el corazón de Madrid el pasado sábado le han dicho alto y claro al presidente Rodríguez que ante ETA no hay que rendirse. Y, además, de paso, quieren saber toda la verdad sobre el 11-M. Una oportunidad formidable para demostrar talante y transparencia.