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Bahía de Ítaca

Tal como somos / Antonio Regalado

                         

       Reconozco la fatal atracción que me produce releer entre líneas las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Más allá de los datos políticos, sobre si el PSOE siente en el cogote (o no)  el aliento del PP  (o viceversa), en el ecuador de la VIII Legislatura, lo más interesante es siempre la letra pequeña. Unos datos: en nuestra Región la inmensa mayoría de las personas se instala en la clase media lo que explicaría su militancia en el centro-centro. Se declaran católicos el 86.7 mientras los no creyentes son minoría: el 6.6.  Uno de cada tres castellano-leoneses va a misa los domingos y fiestas de guardar; un porcentaje ligeramente menor  acude a la iglesia varias veces al año; cuatro de cada diez casi nunca y tan sólo el  3 por 100 acude a los oficios religiosos varias veces a la semana.
    La tierra –agricultura y ganadería- concentra la máxima actividad, (15.1); la construcción  (14.9) y el comercio al por mayor y al por menor (11.5)  rediseñan el panorama socio-laboral. Que 7 de cada 10 paisanos hayan alcanzado el más alto nivel de estudios oficiales (LOGSE, ESO, FP y Bachillerato) no augura nada bueno.  La cosecha de universitarios, excelente. Preocupa, no obstante, la emigración de los más capaces. La pirámide poblacional mueve a la reflexión: más de la cuarta parte ha sobrepasado ya los 65 años.  ¿Sabían ustedes que  8 de cada 10 c-l nacimos  en la propia tierra y que ésta es la CA donde hay tantos hombres como mujeres?
     El último barómetro autonómico nos revela, además,  a) que nos sentimos orgullosos de ser tan españoles como castellano-leoneses; b) que el nacionalismo es un  esnobismo a uno y otro lado del Duero; c) que nadie apuesta porque CyL se denomine nación; d) que los ciudadanos nos situamos mayoritariamente distantes de los dos partidos tradicionales; e) que ‘pasamos’ de las Cortes y de los procuradores; f) que nos interesan un rábano los estatutos de Cataluña y de Valencia. Ítem más: que las reformas en marcha son una invención política. ¿Y la Constitución? No me toquéis la rosa.
   Por lo demás, las preocupaciones cotidianas coinciden con las del resto de los españoles: paro,  vivienda, sanidad,  despoblación del medio rural, llegar a final de mes, inmigración, y falta de tejido industrial. Por fortuna no padecemos la psicosis de las grandes ciudades en inseguridad y  sequía.
   Un último apartado: el líder del PP, Juan Vicente Herrera  debería reflexionar por qué  no inspira confianza suficiente al personal. La explicación pudiera estar en que poco más de la mitad de los encuestados  acierta a identificar su nombre como presidente de la Junta. Mucha honradez en la gestión sí, pero escasa capacidad de comunicación con la calle. No quisiera yo escribir una crónica política al uso  sino simplemente poner en valor datos contrastados. Diera la impresión de que nos hemos vuelto conformistas y despreocupados. Mirando al futuro vemos el vaso medio lleno en lo político y medio vacío en lo económico. Tal como somos.

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