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Bahía de Ítaca

un sueño a su alcance / antonio regalado

Las bases del II Premio Internacional de Novela Romántica, “Villa de Seseña”, dotada con 3.000 euros, publicación y distribución de la obra galardonada debería ampliar la extensión de 150 páginas a 500 –incluso a 1000 en la próxima edición- y modificar la filosofía del mismo: puro realismo. Historia viva. Y digo más: nada de utilizar el castellano. Ábranse de par en par las puertas al idioma de Shakespeare, y al del Tolstoi, y al de Racine y al de Petrarca. Incluso al chino, al japonés y al lapón. Una novela inédita con lo que se ‘vive’ aquí e un par de semanas no cabe en una novela romántica convencional. Y si es en verso, mejor. ¡Qué romance hubiera escrito el gran Jaime Cammany?

   Están todos los ingredientes: hay dinero, -demasiado dinero- poder, ¿sexo?, cintas de video, ropones, políticos, dignidad mancillada, honor en almoneda, intereses bastardos… falta un par de ‘fiambres’ pero ya los encontraremos cuando llegue la sangre al río Jarama. ¿Dónde está el Homero que cante tamaña gesta? ¿Dónde encontraremos a un Virgilio o al menos a un Zorrilla para rimar tanta epopeya y pasión desenfrenada en este pueblo fronterizo acuchillado por las autovías y el ferrocarril? ¡Lástima de un sabio como Asimov!
   Mientras damos con ese juglar de nuestro tiempo, que escriba con ritmo de rock esta sinfonía, describamos al principal protagonista, Francisco Hernando. Hablan sus hechos. A lo mejor desconoce que una de las personas más importantes que vivió en la villa fue doña Leonor Acuña y de Contreras, parienta lejana del obispo comunero de Zamora y viuda de Hernando Cabrera, conde de Chinchón. Quizás se trate de un antepasado y por eso le gusta tanto Seseña. Porque lo cierto es que “El Pocero” –y escribo el sobrenombre sin acritud- lleva muchos años trabajando en el municipio de la comarca de La Sagra. Las personas que le conocen dicen que es muy trabajador. En las webs relacionadas con la zona es un mito al que hay que derribar. No parece que sea alguien que se rinda fácilmente. No le conozco personalmente. Pero sus páginas en Internet están abiertas y la información circula tanto por lo que ha hecho como por lo que le queda por hacer.

   No solo ha levantado viviendas y chalets (individuales, adosados o pareados) en Seseña, Ciempozuelos y pueblos colindantes sino que la gran obra pública de los colectores seseñeros, la planta de hormigonado, el centro comercial y el tanatorio han sido realizadas por su empresa de bandera “ONDE 2000” (Obras nuevas de edificación)

   Pero por lo que interesa al reto de “El Quiñón”, -su obra faraónica de 13.508 pisos, iglesia, lago y jardines, la presenta así en su formato virtual “¿Cuántas veces has soñado con tener tu propia vivienda, con un jardín enorme y piscina? ¿Cuántas veces has imaginado el lugar ideal para una nueva vida? Y luego, lo pone fácil. ”La vivienda que sí puedes comprar con unas entrada única de 3.000 euros”. La publicidad de “Residencial Hernando” invita al derecho a disfrutar de un espacio propio a todo el mundo. Tal como mandata, chico, la Carta Magna.

   La página es interactiva, con música, y uno puede visitar el piso elegido por dentro, los servicios comunes, gozar de los jardines o descansar junto al lago de agua marina con un surtidor que riega los techos del cielo. Y todo, a poco más de 30 minutos de Madrid. Siempre Madrid. ¿No nos hemos quejado secularmente los castellanomanchegos de madrugar demasiado para estar en el tajo a las ocho de la mañana en la capital de España? Bien, pues ahora 800 puestos directos se han creado en esa megápolis que emerge entre la Radial 4 con salida en La Roda y la N-IV con destino al sur. Soñar no cuesta nada a quienes quieren ser los dueños absolutos del único castillo de nuestro tiempo: el piso. Con garaje. Con trastero. Y con piscina. Y, a partir de ahora, ¿qué? Pues, emulando a Joaquín Sabina, ruido, mucho ruido, demasiado ruido… Y la Fiscalía a punto de volver de vacaciones.

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