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Bahía de Ítaca

Veto con ETA y Navarra al fondo/ Antonio Regalado

                 

   Este mediodía el circo del ‘Estatut’ inicia las últimas representaciones en la Cámara Alta. El alumno aventajado del alcalde franquista, José María Porciones en el Ayuntamiento de Barcelona (1957-1973), Pascual Maragall, ha resultado ser el domador domado.  El pulso a ERC lo ha perdido. ¿No quería  té? pues toma taza y media del ingeniero en finanzas Xavier Vendrell, -un hombre con alma de nazi- , el cobrador que enviaba las cartas (marcadas) y las cobraba por el bien del partido. No hay cemento más fuerte que la nómina. Un insulto a los catalanes. La fiscalía de Marbella tiene que seguir subiendo hasta Gerona para limpiar toda la basura política.
   Aterrizarán todos: Mas, Carod, Manuela de Madre y el ínclito Piqué, que juega en campo propio.  El PSOE, PNV y CiU no han presentado mejoras  al texto “cepillado” por Alfonso Guerra en el Congreso. Y no permitirán tampoco que se cambie una coma. Objetivo: que el calendario del referéndum -18 de junio- no reviente. Y luego, el verano y aquí paz y después gloria. Maragall se venga así de los desprecios de Zp y de Mas y está dispuesto a agotar la legislatura. Todos tan contentos porque Cataluña ya es una nación.
 
    Del centenar y medio de enmiendas, destacamos las 50 de ERC, las 74 del PP –un calco de las derrotadas en la Cámara Baja- y en especial la propuesta de veto del primer grupo parlamentario en el Senado. Los populares justifican -en veintiún folios (21)- su enmienda  a la totalidad. He aquí algunas de las razones: el texto no actualiza el anterior sino que lo dinamita. Abre un periodo constituyente encubierto. Olvida que la soberanía nacional radica en el pueblo español, desaloja al Estado de la Comunidad Autónoma, rompe los principios esenciales de igualdad y solidaridad y liquida el “espíritu de la Transición”.
 
   El veto del Grupo Parlamentario que lidera Pío García Escudero, considera que son obviados tajantemente los pilares constitucionales; por ello defienden un marco de libertad para Cataluña frente al profundo intervencionismo de la Generalitat en la vida económica y denuncian la quiebra del principio de igualdad de derechos, deberes y oportunidades de todos los españoles y la solidaridad entre territorios. El PP sostiene que existe una unidad política, jurídica, económica y social del Estado incompatible con la división en compartimentos estancos; se muestra contrario al reconocimiento de los derechos históricos del pueblo catalán, de la bilateralidad, de la fragmentación del poder judicial, del mercado, de la representación exterior, del reparto competencial y del blindaje.
 
   El partido de Rajoy –que ha estado ‘cumbre’ viajando a Pamplona para apoyar a los navarros frente al imperialismo expansionista de ETA-Batasuna, del -PNV-EA-IU-Aralar y de los PSOE (PSE-PSN)-,  el partido popular, decía, cuestiona también, la imposición del catalán frente al castellano, la financiación y el régimen de inversiones. Los juristas del primer partido de oposición no encuentran encaje al grave vicio anticonstitucional de que “Cataluña es una nación”.
 
    Las razones del veto son de una lógica aplastante. Lástima que no sepan llevarlas a la opinión pública. Sin estridencias, sin caer en la provocación que cada día les tienden el presidente del Gobierno, el PSOE, los ‘galesuscos’, la oposición amordazada y los medios afines a la causa de sedar a los ciudadanos. En el último párrafo de este torrente de sentido común puede leerse que el Estatuto/Constitución de Cataluña, “constituye un auténtico ataque a la autonomía de la sociedad civil por parte del poder político”.    
 
    En resumen: el veto popular es la última trinchera para la reflexión colectiva. Pero ni la ponencia Parlament-Senado, ni el pleno van a detener este despropósito escrito con urgencia sobre bancos de niebla.  Todos, excepto los populares, quieren que este trago pase cuanto antes. La consigna es simple: hay que dedicar las mejores energías para ‘rendirse’ ante la paz ETA. Luego, la política. Y Navarra, en el vientre del huracán, bien podría ser la moneda de cambio aunque Navarra existe desde hace siglos y Euskal Herria no ha existido jamás.  Otegui –el portavoz de sí mismo porque Batasuna no existe según José Blanco-, ha sido sincero: “Somos independentistas, luchamos por la independencia y por la reunificación; lo que hay que verificar es si Madrid y Paris aceptan las decisiones del pueblo vasco para acabar con el conflicto”.  Con un par. Puro teatro. ¿El pacto de la tregua entre el Gobierno y la banda terrorista pasa por desarrollar la Transitoria 4ª de la CE si en las próximas municipales y formar un gobierno mayoritario PSN-nacionalistas-separatistas? Pues va a ser que sí.
Porque, en confianza, el veto de PP al Estatut es testimonial. En última instancia el Congreso de los Diputados volvería a restablecer el ‘statu quo’ Zapatero-Mas, alcanzado al alba en dependencias monclovitas. Veto, ETA, Navarra. ¿España está más unida y cohesionada que nunca?  La respuesta está escrita el viento.
 
   

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