no hay mirlo blanco / antonio regalado

Nos habían vendido el sueño de que existía un mirlo blanco para la candidatura a la Junta de Comunidades. No es verdad. Y no es verdad porque ya no hay mirlos blancos y, además, nunca los hubo. El candidato será un mirlo común (“Tordus merula”) negro moteado, que habita en ciudad y no en las tierras más humedas del cantábrico. 

Ustedes se preguntarán a dónde quiero ir a parar. Pues, al principio. El nombre del candidato popular que se enfrentará al presidente José María Barreda, será presentado –como todos- el día 27. A mediodía. Y no parece que vaya a ser una estrella-bomba. Me lo confirma el secretario general del PP, Angel Acebes, en un paréntesis entre llamada y llamada del móvil que ‘vibra’ sin parar. “Tenemos -me dice-  que transmitir a los castellano-manchegos normalidad plena. ¿Por qué –se pregunta razonablemente- vamos a adelantar nuestro número uno en esa Región si  nada nos urge a ello?

Acebes se muestra más tranquilo que nunca y no suela prenda. Los dueños del secreto son el propio secretario general y el presidente Mariano Rajoy.  “No vamos a desvelar el nombre propio pero ‘la cosa’ está entre los que suenan”.  Luego me aclara el malentendido de Loyola de Palacio: “Creo que alguien pudo confundir su nombre con el de Ana, su hermana, y de ahí el error; pero Loyola es vasca, tiene otras responsabilidades, ha tenido el honor de representarnos en Europa, ha sido diputada y senadora por Segovia… ni se lo hemos propuesto ni lo ha solicitado”.

Casualmente me encuentro en los pasillos del Congreso con la última ministra de Exteriores de Aznar: “Mi hermana apenas ha dado importancia a la nominación y lo ha querido desmentir porque puede perjudicar al elegido; en cuanto a mí, ya ve que apenas tengo tiempo para nada. Al haber perdido España un comisario me veo en la obligación de coordinar la política exterior del partido con Bruselas, son muchos viajes; somos pocos llevando las relaciones internacionales y yo tengo un cometido muy específico. Y ahí seguiré, orgullosa siempre de representar a Toledo”.

Angel Acebes insiste en que lo importante es la solidez de los mensajes y de los principios del Partido Popular, la fuerza de la unidad y la esperanza que le han dado esos cuatro millones largos de firmas que confían en la política nacional de Mariano Rajoy. 

¿Ballestero? ¿Echániz? –le pregunto-. “Lo importante –me responde- es que van a tener siempre el respaldo de todo el partido. Van a ser cinco candidaturas para el cambio real en Castilla-La Mancha. Es el momento del cambio”. Le emplazo a una entrevista para el día después de conocer el mirlo blanco: “Hecho”.

La espera se hace demasiado larga a los aspirantes conocidos para ser investidos caballeros candidatos. Y sólo lo será uno.  Ballestero es un manojo de nervios; preferiría que el suplicio acabara cuanto antes. Ha dejado miles de horas de trabajo y tiene miles de kilómetros a la espalda para ganaer esta final. Habla de ilusión y responsabilidad.  Echániz -que sabe lo que es el poder- aguanta el tipo con estoicismo. Una diputada popular de la tierra me espeta  “¿descartó Acebes  a Pedro Barato?” No, pero tengo la impresión de que será – la última experiencia es suficiente- un hombre muy de partido. Y el sindicalista agropecuario no lo es. No será un paracaidista, seguro. 

Bien saben ustedes que el mirlo es un pájaro raro, que canta con brío en los días de lluvia y en los crepúsculos; se alimentan de insectos y ataca a los fresales. Por eso el símbolo del centro derecha es la gaviota.