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Bahía de Ítaca

agua / antonio regalado

        José Luís Rodríguez Zapatero descendió la escalinata de Palacio y salió al encuentro de un José María Barreda que llevaba en cartera cuatro asuntos prioritarios: empleo, agua, OCM del vino y urbanismo. Y un objetivo: financiación. Porque como muy bien explicó en el ecuador de la multitudinaria rueda de prensa, los proyectos sin dinero son papel mojado.
  
      Tras dos horas de encuentro, Barreda se presentó ante los
cincuenta periodistas acreditados y las doce cámaras de televisión, con su amigo de la infancia, Fernando Moraleda.  El presidente de los castellano-manchegos regresa a casa con una dotación de 3000 millones de Euros para regenerar, de una vez y para siempre el Acuífero número 23, en el Alto Guadiana. Es decir, reverdecer la vida en las  “agrociudades” del entorno.  Y un plan Especial de Empleo –que beneficiará a las mujeres- con
120 millones hasta el 2010. Hasta ahí las nueva financiación a la que hay que sumar las infraestructuras que convertirán a nuestra comunidad –mañana mismo- en la mejor comunicada de España.
  
      Barreda, hablando alto y claro ha arrancado a Zapatero el
compromiso de que el Gobierno de la Nación defienda en Bruselas las peticiones de los viticultores castellano-manchegos. “No podemos consentir que se subvencione el arranque de viñas, que se convierta en un secarral nuestra tierra y que no se ayude a quienes quieren seguir trabajándola”.
Apuesta decisiva, pues, por mantener el nivel de vida de los agricultores y reivindicación de tener voz y voto en la  gestión del agua que riega Castilla-La Mancha. No hay que blindar los ríos; hay que tener solo la llave del grifo.
  
      En el capítulo urbanístico, dos polos centraron la atención.
Respecto a la Vega Baja, un compromiso: “Ni hemos especulado ni expoliado; vamos a vigilar las excavaciones y no se pondrá un ladrillo si eso rompe nuestro patrimonio histórico-artístico. Los promotores pagarán”. 
  
      En lo que se refiere al ‘caso Seseña’,  el presidente Barreda cogió el morlaco del ladrillo por los cuernos y afirmó: “el proceso ha sido transparente, legal e impecable”. Y a renglón seguido, tras lamentar la utilización parcial que el constructor ha hecho de una  carta que le remitió el pasado 23 de junio, declaró alto y claro para que le escuchen, no la  Fiscalía Anticorrupción, ni el alcalde de IU, sino los afectados: “La primera fase ya tiene agua. Y los nuevos desarrollos de la localidad toledana tendrán también agua y la tendrán a tiempo”.
  
     Esta era una noticia que proclamada ‘urbi et orbi’ desde La
Moncloa imagino que habrá refrescado el verano a miles de madrileños que han elegido Castilla-La Mancha para vivir, justo en la raya, en la ‘frontera” Madrid-Toledo. Para dar más credibilidad a su aseveración, enfatizó: “No los vamos a dejar abandonados”.  La ministra Narbona conoce el problema de las 13.508 viviendas construidas  por “El Pocero” en la mitad
de la nada y el presidente Zapatero avala este compromiso.
  
     Por tanto, Barreda ha vuelto a casa con proyectos financiados. Con las manos llenas, con políticas de precisión  que despejan el
horizonte.  A diez meses escasos de los comicios locales y autonómicos, trabajar por los ciudadanos sin romper los paisajes, constituyen el mejor programa electoral. El agua siempre es vida.

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