Blogia
Bahía de Ítaca

al otro lado de la frontera / antonio regalado

   Ahora nos enteramos que el limbo nunca existió y que sólo se trataba de  una proposición teológica.  Convendrán conmigo en que para los que estudiamos  el catecismo del Padre Astete,  el limbo se describía  como el estado temporal de las almas de las personas buenas que mueren sin ser bautizadas o a corta edad,  sin haber cometido ningún pecado pero sin haberse librado del pecado original. Limbo significa frontera. E inopia. Familiarmente se dice que alguien ‘está en el limbo’ cuando no se entera de nada de lo que hay a su alrededor.  La pregunta invade mi cerebro en todas direcciones: si el limbo ni existe ni existirá,  ¿adónde iremos los distraídos, los que vivimos cinco minutos más allá de la hora GMT, los instalados en otra onda  y  creemos, además, que el cielo y el infierno –incluso el purgatorio-  están aquí, al otro lado de la esquina conformando el presente de nuestras vidas cotidianas?    

Miren, en este punto, los seguidores de Zoroastro,  los ortodoxos, los protestantes y los musulmanes, lo tienen más fácil: no admiten el limbo ni tampoco el purgatorio, ese lugar de limpieza y  expiación  para llegar al séptimo cielo. Existen otros mundos pero están en éste, como señaló Paul Eluard tras ser abandonado por Elena Domitrova, más conocida por Gala, esposa y musa de Salvador Dalí. Otro que vivió instalado permanentemente en el limbo surrealista y cosmológico. Y no le fue demasiado mal.   

Llegó Ratzinger y mandó derribar el limbo de los niños –también llamado el limbo de los justos-. Ya era hora. Cierto que desde el Concilio Vaticano II la Iglesia había mirado para otro lado.  En adelante, habrá que seguir rezando a las almas en pena  del Purgatorio hasta su purificación y visitar los infiernos acompañados de  Woody Allen para cerciorarnos que allí se encuentra castigado todavía el inventor del metacrilato. Según Roma, no existe lugar al margen del paraíso.  La verdad es que si Dios es infinitamente misericordioso ¿por qué iba a permitir que nos condenásemos en el fuego eterno?        

0 comentarios