el pactómetro / antonioregalado
Zapatero y Rajoy tienen que fumar en el Congreso la pipa de la paz aunque transgredan la ley antitabaco. España está dividida. Lo dice el New York Times. Bastó que ZP anunciara que iba a estudiar los ajustes populares a la Constitución para que Erkoreka le advirtiera que el PNV no aceptaría nunca una ‘recentralización. CiU buscaría el árbol y ERC le pondría gustoso la soga al cuello para que el presidente se suicidara.
La situación es perversa. El gobierno legítimo de la Nación depende de un atentado de ETA. Con sangre. La reunión que mendiga el PSE a Batasuna por intercesión de Imaz, indica que el proceso necesita de respiración asistida.
Aunque no lo merezca, tenemos que apoyar al presidente. Zapatero no puede seguir mareando la perdiz insistiendo en que el proceso exige tiempo, temple y tenacidad. Demasiadas tés. Necesitamos hechos.
ETA no ha cejado en sus reivindicaciones. Y no lo hará hasta que consiga sus objetivos, incluida la independencia. Batasuna necesita volver a las instituciones. Hay que reinstalarse en las Juntas y en los Ayuntamientos en junio para recaudar el impuesto revolucionario desde el despacho oficial.
Estrangular las finanzas de ETA-Batasuna, pues, requiere simplemente mantener los pactos suscritos; acabar con la corrupción es una necesidad para que los ciudadanos vuelvan a creer en los partidos políticos. La escena del Fiscal General del Estado recibiendo en su despacho a Matas e Ibarra es uno de los episodios nacionales más vergonzosos. También es asunto de Rodríguez y Rajoy. ¿Y qué me dicen ustedes de la irresponsabilidad de ambos en los pronunciamientos del Ayuntamiento y la Diputación de León para segregarse de la Comunidad? Bochornoso.
La opinión pública está desconcertada, confusa. Lo único cierto de esta legislatura es la incertidumbre que genera el Ejecutivo por mirar sin cesar por el retrovisor de la memoria histórica. Lo ideal sería que Mariano y José Luís pactaran además, la educación, -el nuevo bachillerato-, la inmigración, la inseguridad ciudadana, la política exterior y el modelo territorial. Lo del uso horario en Galicia, francamente, puede esperar.
0 comentarios