barreda en la cumbre / antonio regalado

   LA III Conferencia de Presidentes debate hoy jueves, en el Senado, las políticas de colaboración entre el Gobierno de la Nación y los de las CCAA en materia de I+D+i, hídricas,  inmigración y medio ambiente. La cumbre llega en uno de los momentos políticos más difíciles. Convocada desde La Moncloa hace once días, el escepticismo es el denominador común de los asistentes. No faltará ninguno. Los presidentes de las Autonomías regidas por el PP, se han quejado del poco margen de tiempo que han tenido para renegociar un texto consensuado. Asisten en la seguridad de poder arrancar a Zapatero fondos  para la inmigración, uno de los fenómenos más complejos de nuestro tiempo. El año pasado arrancaron 5000 millones para la financiación sanitaria que, nueve meses después, está desbordada, precisamente por la llegada continua de cayucos e inmigrantes del este y de Iberoamérica.  Recurrir a las inversiones en Investigación, desarrollo e innovación es un arma demasiado tópica. Tenemos el mismo problema que con las nuevas tecnologías o los idiomas. Mucho voluntarismo pero no despegamos. En la defensa del medio ambiente, más de lo mismo.   

En este escenario hacia la España plural divisamos las reformas de  ocho estatutos, entre ellos, el de Castilla-La Mancha, construido sobre el nuevo valor de referencia social en el futuro: el agua. He aquí el centro de los debates,  Antes, durante y tras la vigencia del PHN (Plan Hidrológico Nacional) el agua ha enfrentado seriamente a socialistas y populares de unas comunidades con populares y socialistas de otras. El blindaje del Ebro; las competencias (exclusivas) andaluzas sobre el Guadiana o el fin del trasvase Tajo-Segura, son algunos de los contenciosos que estarán en las exposiciones de los presidentes regionales.  ¿A qué dedicará el presidente castellano-manchego su turno de diez/quince minutos? Pues a exponer ante el presidente Zapatero y especialmente ante sus homólogos de Valencia y Murcia que la gestión del agua  es un derecho irrenunciable. No basta con estar (de oyentes) en la comisión del explotación del trasvase; no. Hay que estar con voz y voto –y no de forma no  vinculante- en las Confederaciones Hidrográficas y en todos los órganos de gestión.. Ha pasado el tiempo de la colonización de las cuencas en este asunto. En suma, José María Barreda  lo tiene fácil porque reivindicará en la cumbre lo que consagra el estatuto que se discute en las Cortes. Un mandato unitario. Ya se lo ha dicho en público y en privado también a los presidentes Francisco Camps y Ramón Luís Valcárcel. Las mismas razones que ha expuesto para defender los intereses de Castilla-La Mancha frente a sus compañeros socialistas de Valencia y Murcia.  

El agua  es el gran argumento de nuestros días y lo será en las próximas generaciones. ¿Será capaz el presidente Zapatero, en estas horas bajas, aunar voluntades suficientes para alcanzar un gran pacto por  y sobre el agua que remanse un poco el estanque autonómico?  Creemos que el ahorro de agua anunciado por la ministra Narbona no es suficiente receta. El agua y la energía –la falta de agua y de energía, claro- son dos de las asignaturas pendientes más urgentes de nuestra sociedad y no pueden crear ni más desigualdades ni menoscabar la solidaridad. La sed tampoco se mitiga con demagogias. Aunque las exposiciones presidenciales son a puerta cerrada, luego hay que contar la verdad en las ruedas de prensa.   

Parece que el vicepresidente Pedro Solbes ha convencido a Zapatero para que la financiación autonómica no se aborde hasta el próximo año una vez que los Estatutos renovados permitan comprobar la factura del autogobierno.    

En fin, una conferencia condicionada desgraciadamente  por el coche bomba en Barajas (dos personas muertas y 40.000 toneladas de escombros) y con un presidente tocado en la T4.  La III Cumbre  tiene que ser algo más que dos fotos el día después; una, con el Rey don Juan Carlos en el Palacio Real y otra, la de toda la familia autonómica con el presidente del Gobierno, en la Plaza de la Marina Española. El presidente Barreda tiene hoy la responsabilidad de que el mandato popular de los castellano-manchegos se escuche alto y claro en el Salón de Pasos Perdidos de la Cámara Alta.   Esta convocatoria tendrá continuidad en el Debate sobre el Estado de las Autonomías que se celebrará a principios del verano tras los comicios del 27-M.