la hora 25 / antonio regalado

     Al presidente Rodríguez se le ha acabado el hilo de la cometa. Hoy en el Congreso tendrá que retratarse  y explicar  cual es el rumbo que va a imprimir a la política antiterrorista tras el coche bomba de Barajas –dos ciudadanos muertos- y el cínico comunicado de la banda terrorista. Tiene que despejar todas las dudas respecto a si suscribió o no compromisos previos. Lo que esperamos los contribuyentes es muy sencillo: que el presidente lidere la lucha contra ETA; que rompa definitivamente el proceso de paz y que persiga a los asesinos por tierra mar y aire.   

No habrá asunción de errores porque en la política española los errores los comete siempre la oposición. La manifestación de Madrid por la paz y el diálogo son su mejor aval para atacar a Rajoy. Los políticos en activo carecen de grandeza. Zapatero se parece cada día más a Ibarretxe.   Sus apariciones televisivas, -“he dado orden de ‘suspender’ el proceso…”; su ‘off de record’ con los periodistas en Palacio, –“estamos en el punto y final” y el lapsus freudiano en la Conferencia de presidentes, –‘trágico accidente’, insistió- auguran que no cambiará de registro. Más de lo mismo. Este presidente no es de fiar. Tiene que salir de este atolladero solito. Y con palabras que entienda la gente. Basta ya de ambigüedades. El acuñó esa frase para la historia de que la Nación  -España- es un concepto discutido y discutible. Lo Indiscutible es su falta de liderazgo. Y de coraje.  

Zapatero está obsesionado con dos palabras: pazzzz y poder. No con la libertad. Por eso le sobra media España. La cabeza desea cosas nuevas. El corazón siempre lo mismo: no dar la cara en los momentos duros.   

El atentado ha conseguido dividir a los demócratas, aislar a lo ‘indecentes’ del PP y equiparlos a Batasuna. Los titiriteros de la guerra de Irak salieron a la calle a recordar a la derecha que hay que crear un ‘cordón sanitario’ para que no contaminen. ¿La antesala del nazismo? Más que la hora cero, ZP nos ha instalado en la ‘Hora 25’.