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Bahía de Ítaca

agua y vino / antonio regalado

   Entre el agua y el vino. He aquí las líneas rojas en las que se enmarca la campaña electoral que comenzó este fin de semana en Toledo y Albacete.  La presencia de José  Luís Rodríguez Zapatero y de Mariano Rajoy avalando las candidaturas de Barreda y de De Cospedal, respectivamente, confirma que Castilla-La Mancha es un ‘territorio estratégico’ de suma importancia. Los populares han desvelado sus propuestas mirando a las generales de 2008 y los socialistas han contraatacado negando el centro a los herederos de Adolfo Suárez.

Las guerras del agua y del vino pueden deparar victorias y derrotas (nacionales) con repercusiones efectivas el próximo año. Nos encontramos, por vez primera ante un mensaje único para un pueblo que espera soluciones reales a problemas antiguos.  La respuesta está en cómo explicarlo alto y claro. Con transparencia. Sin demagogias.  

Pero más allá de la clave política del proceso de paz o de rendición, en el que devienen siempre las intervenciones de los líderes nacionales, lo importante para nuestra tierra es el ardor con el que los dos cabezas de lista han defendido el agua y el vino en este inicio de doctorado hacia Fuensalida. Y no nos referimos, lógicamente, a las bodas de Canaá, que recoge el evangelio de San Juan. Aquel primer milagro de Jesús no explica racionalmente por qué se transformó el agua en vino para dárselo a unas personas que ya estaban ebrias o, al menos, aturdidas con vino malo. No, el presidente José María Barreda ha arrancado a Zapatero la promesa de que el vino no se ‘picará’ tras la OCM de Bruselas ni la Ley contra las bebidas alcohólicas que prepara la ministra de Sanidad. Las ayudas a la promoción que acaba de conceder Agricultura van en esa dirección. “Podéis estar tranquilos con el vino” dijo Zp en Albacete. ¿Cómo conjugar ésta promesa con el texto del anteproyecto en el que se considera al vino “como bebida alcohólica” y, por tanto, siguiendo las directivas de la Unión , se limitan seriamente la promoción, la publicidad y el patrocinio? Ojo al dato.   

La presidenta popular Maria Dolores de Cospedal sigue apostando por los agricultores: “quiero que sean los que mejor vivan en Castilla-La Mancha; no los dejaremos solos”. Por tanto, el voto del campo estará directamente ligado a los compromisos que ambos partidos adquieran de cara a los comicios del 27-M. La unidad de acción será decisiva para despejar el porvenir del mundo rural.    

Y otro tanto ha sucedió con el agua. De Cospedal y Barreda, Barreda y De Cospedal, le han dicho alto y claro a sus jefes respectivos, en vivo y en directo que el agua es de todos, pero que es injusto que el trasvase no sacie primero  la sed de nuestras gentes y de nuestras 'manchas'.  La líder popular le espetó a don Mariano que “los castellano-manchegos han sido y serán solidarios con otros pueblos y otras tierras pero que aquí no sobra el líquido elemento; nuestra política –precisó- será la de relaizar obras hidráulicas para que el agua se reparta con justicia”. Barreda lo expresó de forma más gráfica en Albacete: “el agua se bendice y el vino se consagra”. El secretario general de los socialistas, en este punto, se instaló en la prudencia y en el silencio. Quizás porque sabía  de antemano que el gobierno autónomo de Murcia le ha exigido que se pronuncie y defienda el trasvase ya que 100.000 familias –de ellas 40.000 inmigrantes- dependen de esta infraestructura, vital e imprescindible  para el sector agrario murciano.   

Agua y vino, vino y agua. Dos elementos incompatibles  en mezcla que han unido al PP y al PSOE de la Región para ‘ganar’ la batalla del cambio –‘hay alternativa popular’- o de la continuidad –‘seguimos avanzando’-,  en el proyecto socialista. Asisto en el Ritz al almuerzo coloquio del Foro de la Nueva Economía que dirige el periodista José Luís Rodríguez. Invitado especial: el titular de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, valenciano de origen y diputado por Castellón, que muestra los logros de tres años de gestión y presenta programa para otros cuatro años más, porque "este gobierno no está ni desaperecido ni agotado", se defiende.   

Le pregunto por la fecha de caducidad del trasvase que acaban de consagrar las Cortes de Castilla-La Mancha tras aprobar el nuevo Estatuto. No se moja. “El consenso es bueno para sacar adelante los Estatutos de Autonomía; me consta que es un texto constitucional; por ejercer los derechos, España no se rompe; por ejercer la democracia, España tampoco se va a romper. Máximo respeto, pues, a las Cortes Regionales pero entendiendo que es en el Parlamento de la Nación , sede de la soberanía, donde se retoca lo que tenga que retocarse, venga de donde venga.  Y, en última instancia, el Tribunal Constitucional es quien interviene e interpreta nuestra legislación”.Fin de la cita.  Los diputados castellano-manchegos han cumplido su cometido.  Revivamos las bodas de Canaá. Agua, vino; vino, agua. Algunos elementos se resisten a  cuadrar en el milagro.  

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