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Bahía de Ítaca

vientos del pueblo / antonio regalado

      Banderas e himno. España. Hemos hecho historia. No recordábamos más gente buena en las calles de Madrid desde el 28-F-81. Magistral lección de civismo. ¿Habrá entendido el mensaje el presidente del Gobierno? Porque el millón y medio de almas llegados desde  todos los rincones estábamos allí por este motivo: “Por la libertad. Derrotemos juntos a Eta. No a la negociación”. Once palabras que no admiten equívocos. El Foro de Érmua aunó voluntades plurales y recuperó el espíritu fundacional tras el asesinato de Miguel Angel Blanco.    

Cinco en punto de la tarde, sábado, Plaza del Descubrimiento, nueve grados. Testigo: Cristóbal Colón. Veinticinco mil globos con los colores de la bandera nacional ganan los cielos encapotados. Amenaza de lluvia. El público aplaude. Banderas al viento. Tres horas después se cierra la marcha con el público en pié escuchando el himno nacional. Por vez primera suenan los acordes en una manifestación anti-eta. Lástima de una nueva letra para estos tiempos cargados de coraje. Emociones, sentimientos compartidos. Ningún complejo en blandir enseñas rojigualdas. Algo se mueve en los corazones de las personas honradas. Una rebelión a punto de estallar. Enseñas también de las CCAA dando color y calor a las víctimas en  una marcha seguida en vivo y en directo por la radio. La COPE –‘Federico, no cierres el pico’- acompa a los asistentes por Recoletos, Cibeles, Alcalá y Plaza de la Independencia acercando la voz de los que están en primera línea (Aznar, Esperanza Aguirre, Mayor Oreja, Mar Blanco, Rajoy…)  El protagonista principal es el propio pueblo español. El pueblo y las víctimas, incluidos empresarios vascos y navarros chantajeados por ETA. ¿No es eso terrorismo?

    ¡Zapatero, dimisión! y ¡España, merece, otro presidente!, insultos directos al inquilino de la Moncloa. Los discursos conservan la misma filosofía: “Esta no es una convocatoria de izquierdas ni de derechas”; “no nos rendiremos nunca ante el terrorismo”.  “Porque el terrorismo es política –decía Mikel Buesa- necesitamos una política para derrotar ETA”. T

eresa Jiménez Becerril, herida por el asesinato de su hermano y de su cuñada, se hizo verbo ante la Puerta de Alcalá, y cosechó aplausos y solidaridad. “Eta, habla y mata; engaña, y mata; dialoga, y mata; negocia y mata. Negociar en mi nombre –señor presidente- no”.  Canciones de la Transición “Vientos del pueblo y  “Para la libertad” de Miguel Hernández, interpretadas por Jarcha y Serrat, respectivamente  y “A Galopar” de Alberti/Paco Ibáñez ambientaron los prolegómenos de la convocatoria.

Nos hubiera gustado corear junto a Labordeta su canción talismán. Nosotros, los de entonces, respirando la libertad madrileña, atrapados entre Cibeles y la Puerta de Alcalá, casi somos los mismos.    

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