Blogia
Bahía de Ítaca

el laberinto de la mente / antonio regalado

  La tragedia familiar y colectiva vivida en las últimas horas en El Real de San Vicente y Talavera, que ha tenido como protagonista a Gregorio Ramos, solo tiene una explicación: no pudo más. La depresión le obnubiló los sentidos. El cardenal  Antonio Cañizares pedía misericordia en el funeral y el pueblo entero se ha comprometido a ayudar a las dos hermanas supervivientes. Matar a la madre, la esposa y un hijo; herir a otras dos hijas y saltar al vacío desde un noveno piso es una secuencia que necesitará de un estudio exhaustivo de médicos, psiquiatras, policías, jueces y sociólogos. Y no se contestarían nunca todas las preguntas. ¿Qué impulsa a un hombre bueno a actuar de esta manera después de dedicarse largo tiempo a cuidar de su familia? Presumiblemente el miedo al futuro. La depresión llega desde lo más profundo del corazón, se instala en el cerebro como una adicción y las consecuencias suelen ser letales.   

La carga familiar, pese a la ayuda inestimable de los servicios sociales de la Junta de Comunidades  era una losa para Gregorio. La mente humana es un laberinto dentro de otro laberinto; sabemos poco cómo funcionan las neuronas pero sabemos mucho menos cuando la disfunción se desencadena. Siempre hay una causa, un motivo, que únicamente conoce el interesado. Ayer mismo, el Instituto Nacional de Estadística (INE) avanzaba las tablas de muertos en España y, al final de su página web ‘colgaba’ los datos por suicido en 2005. Fueron 3.381 las personas que decidieron quitarse la vida; entre ellas, siete menores de 15 años. Por Comunidades Autónomas, Castilla-La Mancha, se encuentra en noveno lugar, con 186 víctimas. Abre Andalucía (696 muertos) –quien lo diría sabiendo que la luz tiene efectos antidepresivos- y cierra Ceuta con 5. La soledad, la pobreza y el aislamiento – el miedo al futuro- son, junto a la falta de cariño, los tres factores desencadenantes de adoptar esa decisión tan trágica.  Los factores climáticos y medioambientales explican algunas causas pero no todas. Vivir fuera de casa y ventilar las emociones –compartirlas- ayuda a seguir creyendo en el futuro.     

El shock vivido en Toledo esta semana, nos da pie a comentar una noticia que ha pasado por nuestras vidas con más pena que gloria. Les cuento.  Un equipo   de investigadores del Instituto Max Plack (IMP), en la RFA , ha logrado desarrollar un ‘scaner’ que permite leer los pensamientos antes de ser ejecutados.  La noticia, de carácter revolucionario, ha pasado con más pena que gloria. Los expertos en neurología  y criminología hablan de descubrimiento extraordinario. Utilizando éste método se puede escudriñar el cerebro – concretamente el córtex medio prefrontal-  hasta conseguir descifrar intenciones y deseos.  John-Dylan Haynes, miembro de la citada sociedad científica, –por cierto, la más prestigiosa del mundo y con mayor número de Premios Nobel-, y responsable del departamento de Ciencias cognitivas y  cerebrales del IMP,  viene a decir que el invento es algo así como encender una antorcha para poder leer lo que hay escrito sobre un muro. Científicos de Berlín y Londres han unido esfuerzos para  identificar imágenes cerebrales identificadas con la mentira, las conductas violentas y los prejuicios raciales. Es claro que se pueden sondear también las esperanzas y emociones de los seres humanos.  ¿Existe el ADN ideológico?  

La técnica permitiría contestar un correo electrónico con la mente, mejorar el rendimiento de los ordenadores convencionales y ayudar a los discapacitados. Dado que cada persona es diferente y las querencias exclusivas, se trabaja ya en el denominador común que  intuya qué paradigmas van asociados  a los distintos pensamientos. Si ustedes recuerdan, la ficción se recreaba ya en la película ‘Minority Report’, de Steven Spielberg, en la que los juicios se celebraban antes de que se quebrantara la ley y se utilizaba como prueba de la acusación un scanner cerebral.  Los propios creadores temen que no sea utilizado adecuadamente y propugnan una comisión neuroética que ponga los límites y marque las líneas rojas que nunca se deben traspasar.  ¿Podría reprogramarse para dictar órdenes en un ser humano? Podría. ¿Se podrían manipular los sentimientos? Seguro. Pero releyendo el lado positivo de la noticia, y conectándola con lo ocurrido en tierras toledanas, los neurólogos aseguran que el scaner cerebral es un arma decisiva para desentrañar el fondo del alma de personas depresivas. La  interrelación de esta enfermedad con el asesinato, en especial con personas del entorno familiar, y con el suicido está contrastada. ¿Reverdece la esperanza?         

0 comentarios