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Bahía de Ítaca

Un paso por delante / antonio Regalado (ABC)

  Ocaña, cruce de caminos por el que se ensancha Castilla-La Mancha hacia el este y el sur se ha convertido en un punto de encuentro para ganar el futuro. La puesta en marcha de la planta que acaba de inaugurar el Grupo Natura confirma que estamos ya un paso por delante en las energías renovables. Mientras reinventamos la fórmula de exprimir el sol de forma permanente, la apuesta por los cultivos energéticos nos sitúa de nuevo en la orilla de la realidad.  
    El presidente de la Comunidad , José María Barreda, recordaba que “aunque la mejor energía de ésta tierra es nuestra gente, somos punteros también en producción eólica”. La empresa de Biocarburantes ofrecerá acuerdos a los agricultores que apuesten por cultivos como la colza, el girasol o la soja.
    La siembra de productos oleaginosos abre nuevos caminos al sector primario, máxime, cuando en 2013 muchas de las ayudas de la Unión -incluida la PAC- van a sufrir serios recortes. Si a ello añadimos la incertidumbre que rodea al mercado de la vid y del azúcar habrá que convenir en que el “efecto Ocaña” es una salida razonable en la mitad de tanta encrucijada.
    El biodiesel es un sustituto del gasóleo convencional, si bien, en la actualidad se venden mezclados (en una proporción del 15-85  diesel-bio. Si se comercializara por separado sería necesario modificar levemente los motores de hace diez años y el precio no sería rentable.  La investigación conjunta sobre la producción de biodiesel ha sido el mayor logro del viaje del presidente Bush en su reciente gira sudamericana; ha firmado un acuerdo con el presidente de Brasil, Lula Da Silva,   primer consumidor mundial, lo que explica la prioridad.
    Este producto comenzó a comercializarse en Alemania hace diez años, gracias al reciclaje de aceites de consumo, principalmente utilizados en la fritura.  Hasta entonces los carburantes provenían de aceites minerales como el petróleo. Tras la crisis del 1973, europeos y americanos se dieron cuenta de que la subida de 2 a 14 dólares barril podría disparar todas alas alarmas y colapsar las economías liberales. Y así fue. Hoy, el petróleo supera los 60 dólares/barril y las recientes sanciones de la comunidad internacional a Irán están amenazando el porvenir.
    El biodiesel a partir de productos oleaginosos va a formar parte de ahora en adelante de la nueva cultura del campo. Primero porque se ahorra agua (hasta 4000 hectómetros cúbicos por año); después porque este combustible es ecológico (no tiene azufre y por tanto contamina menos que el gasóleo convencional) y, asimismo, permite cumplir parte del compromiso de Kyoto al reducir las emisiones de CO2. Todo parece ser ventajas. País Vasco y Cataluña son las Comunidades Autónomas que ya fabrican biodiésel. Jordi Vaquer, experto en el tema, asegura “que se mejora el rendimiento del motor al ser más lubricante que el gasóleo y va mejor para los vehículos.” El consumo actual –unas 30.000 toneladas anuales- es insignificante, supone apenas un 2 por 100 del total. Falta mucho, pues, para llegar al objetivo del 20 por 100 que se prevé para 2020. Y el otro punto débil es el de la competitividad. Pero estamos en el camino.
    Las energías alternativas se van imponiendo poco a poco aunque, nos guste o no, no serán suficientes para cubrir la demanda si tenemos en cuenta que el consumo de energía –de riqueza- aumenta un tres por ciento cada año. Mismamente por la instalación de aire acondicionado, el nuevo referente de la comodidad y del nivel de vida.
      Ocaña se sitúa en el centro de la investigación de I+D+i en Castilla-Las Mancha. La noticia, en este tiempo tan convulso donde se han traspasado todas las líneas rojas en asuntos tan sensibles como el terrorismo, la territorialidad –la deslealtad de ERC tentando con la presidencia de la Generalitat a CiU si acepta un referéndum ilegal sobre la soberanía de Cataluña- la Fiscalía o la Audiencia Nacional , la noticia, decía, es esperanzadora. Los 120 millones de litros de carburante año generarán 35 puestos de trabajo directos y otros 150 indirectos. Y esto es el principio.
     Dada la radical oposición que el gobierno de la Nación mantiene sobre la implantación de nuevas centrales nucleares en España –sería deseable abrir un debate nacional- no queda otro remedio que ampliar los huertos solares de placas fotovoltaicas y mirar adelante sembrando productos para el biodiésel como la soja, la colza y la palma. Los agricultores deben tener desde ahora mismo toda la información sobre lo que representa y cuesta el cambio de cultivos.
No seria de recibo importar la materia prima de allende los mares  cuando, además, uno de los subproductos –la glicerina técnica- puede utilizarse como pienso para animales y refinándose puede convertirse en productos farmacéuticos y en cosméticos.  Un día  dimos un paso por los ‘otros’ molinos de viento; hoy es el momento del biodiésel. Y de paso reciclamos el aceite de los churros, de las porras. Y de los calamares.
   
         
   

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